martes, 3 de marzo de 2009

Una verdadera dama

Por: Energía Pura

Una dama es una mujer que no solo se viste de manera apropiada, sino que también se desenvuelve con clase y elegancia, siendo capaz de mostrar el balance adecuado entre los ideales femeninos y la realidad en que vive.

Quien desea ser catalogada de tal debe considerar los siguientes aspectos:

Vestimenta: no es necesario que siempre lleve un vestido o un traje elegante, pero sí es importante que su ropa este limpia, libre de arrugas y adecuadamente combinada.

Recuerde también que estas debe ser de la talla correcta, nunca muy ceñida o muy grande, asegurándose de no exponer partes intimas de su cuerpo.

La vestimenta debe ir acompañada de una pequeña cantidad de perfume, un peinado sencillo y maquillaje modesto pero suficiente para disimular imperfecciones y resaltar atributos.

Recuerde una dama jamás usa su cuerpo para conseguir sus metas.

Lenguaje: Sin duda, uno de los aspectos que diferencian a una mujer de una dama es el uso del lenguaje.

Cómo y qué decir son, sin duda, factores claves cuando se trata de demostrar elegancia.

Asegúrese de hablar en un tono moderado, deje de lado los gritos y palabras vulgares.

Si siente que sólo le escucharan si habla de esta manera, es preferible que se retire y no sea parte de esa conversación; después de todo, lo más probable es que quien solo le escucha bajo estas circunstancias no tenga real interés en lo que usted desea decir.

Acciones: Tal como dice el dicho; “las acciones hablen más fuerte que las palabras” Es decir, si usted se viste de la manera adecuada pero su comportamiento es indebido, lo más probable es que quienes le rodean no le consideren una dama.

Hay pequeños detalles que marcaran la diferencia.

Entre ellos: estire su falda bajo y sobre sus piernas al momento de sentarse; siéntese con las piernas cruzadas (una detrás de la otra, no encima ) o juntas, coma y beba en moderación cuando se encuentre en publico.

La glotonería en cualquiera de sus manifestaciones es considerado una falta de auto-control, lo que podría, por ejemplo, costarle su empleo.

Desafíe a su intelecto: Manténgase informada acerca de los eventos mundiales, locales, musicales, obras de teatro, etc.

Vea los noticiarios y lea los periódicos.

Esto expandirá sus conocimientos y le permitirá iniciar conversaciones interesantes que eventualmente darán pie a nuevas relaciones de trabajo, amistad e incluso románticas.

Practique la modestia: Una dama nunca se dará crédito por algo que ella no hizo.

Por el contrario, dará valor a quienes le han ayudado.

Una dama nunca hará gala de grandeza.

Una buena reputación es siempre más efectiva que un anillo de diamantes o un automóvil de lujo.

Al mismo tiempo, si ve que otros se comportan de manera ostentosa, no los corrija en publico (a menos que se lo hayan pedido).

Una dama no solo se preocupa de ella sino también de los demás.

Pero recuerde no exagerar, tampoco quiere parecer débil y sumisa.

No pierda su paciencia: No permita que el comportamiento de otros afecte el suyo de manera exagerada.

Exprese sus sentimientos, su sorpresa o desilusión, sus alegrías y tristezas, etc. sin caer en la dramatización.

Finalmente, si le resulta complicado recordar estas reglas mantenga en mente que la clave de un comportamiento socialmente aceptable se basa en el respeto y la valoración de si mismo y a los demás.


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